jueves, julio 22, 2010

Septic Flesh - Communion (2008)


Es raro pero emocionante a la vez. He escogido a Septic Flesh como objetivo de mi primer review, a pesar que es una banda que conozco sólo hace algunos meses. Como punto a favor (o en contra quizás) he escogido su mejor trabajo a título personal obviamente, y espero ser lo más claro y preciso en la revisión. Sin más, procederé con el texto.

Septic Flesh es una banda nacida en Grecia por allá en el año 90. Communion, el disco a analizar, es el séptimo de su carrera, después de un quiebre en su alineación en el año 2003. En el 2007 se reforman para comenzar a trabajar en lo que sería el disco mejor logrado hasta el momento y que lanzarían al año siguiente. Sus cuatro integrantes dejan todo en cada tema, desbordando calidad, entrega y técnica de un gran nivel. Es un disco intenso de principio a fin, que dejará asombrados a todos los verdaderos amantes de la música, demostrando que los teclados y los sintetizadores no son un tabú en la música extrema siempre y cuando se use con maestría. Como dato, cabe resaltar que en la realización de tamaña obra participaron alrededor de setenta músicos; incluyendo la Orquesta Filarmónica de Praga y un coro de la República Checa, detalle que muestra la fuerza del álbum, no lograda de buenas a primeras.

Pasando a la música, el disco abre con un sonido de guitarra distorsionada en un movimiento ondeante que busca hipnotizarte y te deja atrapado al momento del impacto. Es ahí cuando rompen el redoble de los doble-bombos y los riffs machacantes de las guitarras con los que revienta el tema de apertura “Lovecraft's Death”. Y cuando creías que esa era la parte fuerte del tema, el tema se comprime al blast beat ansioso de la estrofa guiada dramáticamente por guturales enfermizos, que a pesar de verse desnuda de guitarras, se ve engrandecida por la musicalización de fondo, con unos coros maléficosy un bajo asesino. El lado “navegable” de la canción se ve fácilmente identificado por la marcha de las guitarras mientras que el doble bombo sirve de conductor para la majestuosidad de los instrumentos de viento y cuerdas en la atmósfera malévola. Y cuando añun crees que la canción perpetuará su masacre, se detiene en un último grito malicioso apagándose hasta el póstumo golpe de guitarras, batería y bajo, acallado por el sonido de lo que parece ser una campana gigante... esas campanas que evocan el sonido lúgubre de una catedral a medianoche. Sin duda, una obra exquisita.

El segundo tema “Annubis” abre con un punteo melódico que cambia de melodía al adentrarse en la parte fuerte de la canción. Al iniciarse las voces siempre tétricas de Seth Antoniou, la melodía cambia de nuevo, buscando cada vez algo más emocionante y quizás triste. A pesar de eso, cada vez que van a comenzar los coros en la canción, la batería y la marcha enojada de guitarras y bajo te avisan que sigues con Septic Flesh, que sigues con los griegos maliciosos. Es sin duda uno de los temas más melódicos del disco, manejado especialmente por el canto “Annubis” de Vayenas al momento de los coros. Buen tema.

Después de una entrada tan intensa, y el paso a un tema más melódico cualquiera creería que el disco seguiría la pendiente melodiosa de “Annubis” con uno que otro cambio de ritmo y agresividad. Sin embargo, cuando todo está en perfecto silecio, y sin previo aviso, revienta el riff simple pero energético del tema que le da título al disco “Communion”, con una base de batería llena de rabia, y un coro de voces acelerado y maligno. Las estrofas sólo sirven para decirte que no importa donde vayas, ellos están en todas partes, y te van a encontrar. Y cuando te encuentran, el coro te vuelve a ahorcar con la voz infernal repitiendo el nombre de la canción de una manera que pareciera se va a quedar pegado en tu cabeza mientras duermes. Sin duda, mi tema favorito.

“Babel's Gate” es un juego de sonidos impresionante. Se basa principalmente en una persecución del bajo, la instrumentalización de fondo y la batería. Durante el coro y las estrofas, pareciera que todo se desmorona, dejándose llevar por el azote de los riffs acelerados y las voces asesinas. Entre medio aparece el primer solo de guitarra en el disco; corto, pero preciso para el juego de pacifismo dentro del caos.

“We, the gods/ we, the gods/ live high/ to the heavens/ right above your heads/ We, the gods/ we, the gods/ hide well/ it's so difficult to find us” son las líneas que te resumen la malignidad de semejante tema. En 3 minutos y 50 segundos te asesinan con riffs y musicalizaciones machacantes que cabalgan en los dobles bombos de Fotis Benardos. Con un comienzo técnico donde resalta la entrega de la batería y explota con la grandeza del bajo impactante y guitarras que parecen estar haciendo brujería, piensas que quizás en realidad son esos dioses malévolos los que cantan el himno de la oscuridad “We, the gods”, canción que termina tan maliciosamente como la visita de un dios del inframundo. Tal como llegó, se retiró.

Luego de este golpe musical, se escuchan los riffs melódicos de “Sunlight Moonlight”; un tema que por mucho tiempo digerí como el más débil del disco, pero que finalmente se ganó mi respeto por la armonía creada entre cada instrumento y que refleja el verdadero talento de los griegos. No se deja avasallar por la ola maligna de sus hermanas, sino que despierta esa belleza negra que puede verse escondida en las oscuridades de un mundo cubierto de tinieblas. Quizás pudo haberse hecho algo más en la vocalización del coro, pero no es para nada descartable.

La caída de una tormenta de cuerdas agudas y malvadas te avisa la llegada de un tema imponente. “Persepolis”, más allá de las notables líricas que se remontan al tiempo antiguo de la alguna vez gloriosa Grecia, se abre paso en el disco como una perfecta hija de movie soundtracks. Al escucharla serás transportado a esas películas de antaño, a esas películas épicas que usaban una mñusica majestuosamente grandiosa. Si existiese una película de 6 minutos sobre la antigua Grecia, esta canción sería sin duda alguna la banda sonora completa, incluyendo título y creditos. Poner oído al minuto 3:56 como ejemplo.

Un teclado infantil y la vocalización ingenua sobre un fondo de cuerdas agudo sirve de introducción para “Sangreal”, que empieza con un redoble de doble-bombos muy maquinístico acompañado de guitarras gemelas en el sonido. El canto comienza con el contraste de las voces limpias y los guturales que indican una lucha de malignidad y bondad dentro de la canción; interpretación nacida por los cambios de agresividad y melodía a lo largo de todo el tema.

“Narcissus” comienza con un bello punteo de guitarra eléctrica que desemboca en un buen riff movido y casi alegre. Lo profundo de la voz es una capa separada de la composiciñon más melódica en el camino de la canción. Una interpretación que me gusta mucho, pero que pierde un poco la malignidad de temas anteriores y que cae en un simple juego de death metal melódico, sin mucho de memorable. Es casi una canción promedio, no obstante es una buena despedida para el disco, dejando ver la calidad interpretativa y compositiva de Septic Flesh. Después de ocho temas que te persiguieron sin dejarte escapar, “Narcissus” sirve de postre lleno de pasajes excelentes de melodía.

Un disco tétrico, malévolo, majestuoso y profundo. No es una pérdida de tiempo escucharlo y recomendado para todo aquél que guste de buenas composiciones y que, curiosamente, deguste la música clásica. Es de esos pocos discos que es muy bien apreciado si pones los cinco sentidos en él, o si simplemente lo dejas andando mientras lees o trabajas o realizas tareas hogareñas.

Septic Flesh - Communion (2008) - Mediafire

Septic Flesh - Communion (2008) - Rapidshare


Temas Destacables: “Lovecraft's Death”, “Communion”, “We, the gods”, “Persepolis”.
Temas Desechables: Ninguno.
Nota: 9/10

by Arkänus

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