martes, enero 11, 2011

Orgullo Mapuche ...


Amanecen las lluvias eternas
en el bosque de hualles y canelos.
La alfombra de quilas y ramas
yace en el suelo compacto.
El silencio reposa aquí, como si nunca hubiese existido;
dormita junto al eco incesante
goteo de rocío
que cae y sacude el suelo.
Silba el viento en el bosque milenario,
resuena el canto de las aves.
El vapor de la niebla cesa...
muere el amanecer en el bosque encantado.

Se oye el eco del grito guerrero,
desgarrado alarido de odio y muerte,
ensombrecido por el paso de los siglos, aún retumbante.
Mutila vida, descuartiza sus cuerpos!
bebe su sangre, empala sus cuerpos!
expulsa al extraño
quien las tierras ancestrales ha robado!

Hijos de la lluvia.
Retoños de las vastas praderas
y profundos bosques nativos del sur.
Vástagos del trueno.
Descendientes de la raza brava,
pueblo valiente, hombres de acero!

mapuches, gente de la tierra!
Estirpe fuerte y pura, guiada por Lautaroç
ilustre sangre que corre por las venas.
Temerario linaje que luchó por siglos contra el "huinca"
en las indómitas tierras del sur.

Sus rugidos hostiles sofocaron los agónicos lamentos
de los extranjeros,
su capitán, Valdivia, ha caído.
Hendido su cuerpo, desde la garganta hacia el pecho.
Con un cuchillo de piedra
el machi extirpó el corazón del conquistador, éste aún palpitante;
lo ostentó como trofeo de guerra.
Los nativos devoraban sus entrañas y relamían su sangre
para así absorber el poder del caído.
Los huincas cobardes desertaron,
mientras que los valerosos cayeron:
cercenaron sus cabezas, éstas ensartadas en picas.
Arrojados sus cuerpos al campo,
devorados por buitres y fieras.

Instalada en la ruca del gran Caupolicán
como estandarte y pendón de victoria la cabeza de Valdivia yació,
como devoción por la independencia de la patria.

Bosque milenario, escenario de horror y agonía.
Ocultas en tus interiores los ecos de guerra y muerte.
Silencioso follaje encantado, los siglos no han ocultado del todo tu pasado.
By Vissna själ

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